Feliz Año a todos los lectores de Mamás por el mundo! Espero que hayan pasado lindas fiestas. Acá nuevamente en el Café en Los Angeles ya de vuelta a la rutina.
Les cuento que acabo de entrar en una etapa muy interesante de mi vida como madre y vale la pena compartirlo. Y es que acabo de despedirme de mi hija más pequeña que se fue a estudiar su último semestre de universidad a España. Por cuatro meses Madrid va a ser su hogar y las experiencias que va a vivir van a ser inolvidables. Para mí, como madre además de estar feliz por ella y por todas las aventuras que la esperan, también hay un elemento de nervios porque va a estar solita y tan lejos…
Mientras tanto, les quiero compartir mi entrevista con mi amiga costarricense Vanessa.
Vane tiene dos hijitas pequeñas nacidas en Los Estados Unidos. “Antes que nada, no sé como le voy a hacer cuando mis dos hijitas dejen el nido! Acá llevo quince años.”
Vane vino a California para ayudar a su mamá económicamente y en busca de un futuro diferente del cual su mamá le hubiera podido dar en su país. “En aquel entonces, la situación en mi país no estaba bien, entonces, decidí aventurar a ver cómo me iba.”
Para Vane, lo más difícil de vivir lejos es la familia. “Es super difícil saber que no tienes apoyo incondicional a tu lado, y que no puedes pedir ayuda porque no hay nadie para dártela. Sobre todo al principio.” Pero Vane está muy agradecida de todo lo que ha vivido y de todo lo que ha aprendido.
“Este país me ayudado y me ha enseñado al mismo tiempo a luchar por tus sueños y alcanzarlos. Toma tiempo pero se llega. Y no solo hablo de lo material o económico si no también en conocerte a tí misma, de aprender lo que realmente tiene valor en la vida y poder trasmitir esa energía a los demás. Me costó por muchos años acostumbrarme, pero ahora me siento en casa; pero siempre con un pedacito de mi corazón en mi tierra.”
Vane está criando a sus hijas bilingues y biculturales. “En mi hogar mantenemos una regla fundamental que es hablar nuestro idioma, el español. En familia, hablamos de las tradiciones cada vez que tenemos oportunidad.” Además, Vanessa comparte fotos y videos y planean visitas a Costa Rica tan a menudo como pueden. “Cuando vamos llevamos a las niñas a los lugares donde crecimos y donde jugábamos cuando éramos niños.”
Ella también usa la comida como herramienta para inculcar el amor por sus raíces. “Esa no puede faltar, les enseñamos a comer latino con los vegetales y frutas de nuestros países que podamos encontrar acá.”
Finalmente, para aquellos padres expatriados que acaban de mudarse a la costa oeste de Los Estados Unidos, Vane les aconseja que no no se rindan. “Es duro si, pero sí se puede! Van a ver tiempos dificiles pero de ahí se aprende y se sigue para adelante. No dejen de soñar y creer en sí mismos.”
Las invito a visitar mi blog para compartir más historias sobre la crianza de niños bilingues y biculturales
Hasta Pronto!
Maritere
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